Como nunca, la figura del auditor es de vital importancia para las empresas ya que el lavado de dinero puede infiltrarse en cualquier momento y en cualquier empresa. Las empresas deben mantener políticas y metodologías rígidas en el cuidado de su administración ya que desgraciadamente los encargados de llevar a la práctica el lavado de dinero ven en cualquier negocio, un excelente canal para llevar a cabo esa práctica ilícita. De esta forma, las empresas deben tener un control exacto de sus números y sus procesos, ya sea a través de un auditor interno o bien de un profesional externo que esté debidamente capacitado y actualizado en su trabajo. Aquí no tienen cabida los auditores sin experiencia o de dudosa ética profesional. De acuerdo con Forbes México, los lineamientos para establecer las directrices idóneas para una auditoría de este tipo deben incluir: revisión a las políticas de identificación del cliente; presentación de reportes ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (en el caso de las instituciones financieras), así como la evaluación de la integración de las estructuras internas. Asimismo, deberán contar con sistemas para prevenir el lavado de dinero y el punto que posiblemente sea el más importante: el conocimiento de los empleados que laboran en la empresa. Regresando al aspecto de la experiencia en este delicado punto, el auditor que realice el trabajo, deberá estar totalmente consciente del riesgo que representa llevar a cabo íntegra y éticamente dicha labor. La revista de Contaduría Pública señala que un aspecto importante es que este profesional debe conocer a detalle el marco normativo, no sólo nacional sino también el internacional que tenga influencia en nuestra nación. En cuanto a la planeación, el auditor debe identificar si la empresa cuenta con sistemas de control y prevención de lavado de dinero; manuales y políticas de procedimientos; qué tipo de tecnologías de la información utilizan los empleados para llevar a cabo su trabajo; los tipos de operaciones que realizan e inclusive debe conocer el tamaño y alcances de la empresa. El contar con los elementos suficientes durante la planeación, le permitirá a este profesional, tener un programa de trabajo más claro para alcanzar un enfoque más amplio y profundo de la revisión. Aunque las instituciones financieras son el principal blanco de los operadores de lavado de dinero, lo cierto es que todos los negocios son susceptibles de sufrir el daño de estas prácticas. Si tienes dudas o quieres asegurarte que tu empresa está libre de este, cada vez mayor problema, acércate a los auditores de Cicde para que te asesoren sobre este delicado aspecto.

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