Cada año son más las personas que salen de sus países en busca de mejorar su economía y, de esta forma, darles un mejor futuro a sus familiares. Sin embargo, muchos solo buscan ser empleados y pocos son los que tienen una visión más amplia de convertirse en empleadores y formar su propio negocio, la
constitución de empresas del extranjero.
Emprender fuera de tu país
Claro, como extranjero debes conocer que existen determinadas cuestiones como la nacionalidad de la sociedad, los requisitos para el trámite de licencias y permisos de apertura, así como el destino de los ingresos y pagos de impuestos.
Así mismo, para llevar a cabo la creación de una empresa se deben de tomar en cuenta diferentes aspectos como son:
– El
giro de la empresa, es decir, el campo en donde se desenvolverá la empresa y la posibilidad para crecer.
– Decidir el
tipo de empresa que se desea constituir, esto de acuerdo con las necesidades del negocio y las personas que lo conforman
– Tener claro quiénes son las personas que conformarán la sociedad, o si será solo una.
–
Fijar el capital inicial que se aportará por parte de los socios y si solo será capital nacional o se autoriza la aportación de capital extranjero.
– Domiciliar el lugar donde se efectuaran las actividades principales por parte de la empresa, así como indicar cuál será la duración de la empresa.
– Establecer cómo se llevará a cabo la administración de la empresa, así como las personas a cargo de la misma. También se establecerá la capacidad que tendrá cada persona en la toma de decisiones.
En México el proceso para crear una empresa (sin importar si es pequeña, mediana y grande; o si eres nacional o extranjero) es el mismo. Es decir, los pasos en general son los mismos, ya que sus detalles serán solucionados por un notario. Entonces, en resumen los
pasos burocráticos para crear una empresa son los siguientes:
– Presentarse ante la Secretaría de Relaciones Exteriores para recoger la solicitud para crear tu empresa, y ahí se tendrá que elegir entre las cinco denominaciones sociales posibles, además de cerciorarse que no exista otra empresa constituida bajo el mismo dominio.
En este punto debemos recordar también que la razón social no es lo mismo que la marca.
– Llevar a cabo la creación del Acta Constitutiva, el cual es el documento en el que se estipula la denominación social, el objetivo, tipo de empresa, administración y control, la duración, etc. Es decir, es lo que le dará vida a la empresa y donde se asentarán sus aspectos generales y básicos.
Debemos tener en cuenta que no es igual crear una S.C. que una S.A. de C.V., ya que esto puede afectarnos al pagar impuestos. Por eso es importante la denominación social
–
Trámite ante Hacienda. Llevar a cabo la inscripción ante el SAT es indispensable para poder obtener la cédula fiscal que contiene el número de Registro Federal de Contribuyentes (RFC). El RFC se utiliza para identificar a los contribuyentes, tanto personas físicas como morales, y así tener un control del pago de impuestos. Además del RFC, se debe obtener la firma electrónica (FIEL) y el sello digital.
Recuerda que estos trámites son gratuitos y no deben de cobrarte por realizarlos, a menos que hayas decidido contratar a un notario para realizarlo.
– Deberás presentarte ante el Registro Público de la Propiedad y el Comercio para
registrar tu empresa, y así evitar un plagio en nombre y objetivos de tu empresa.
Los trámites en México para la creación de una empresa son sencillos, pero existen muchas trabas burocráticas y muchos te solicitaran dinero para acelerar tus trámites, hechos en los que no debes caer, ya que aunque puede ser un poco lento, todos los trámites son gratuitos.
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